No hay 250.000 en Sidney

El Papa Benedicto XVI está en Sidney, en la Jornada Mundial de la Juventud. Un gran evento, una fiesta para los que, como yo, somos cristianos. Ciertamente, siento envidia no de no ser considerado como joven; siento envidia de no estar en Sidney disfrutando de la fiesta.

El Papa, sea cual sea, siempre está con los cristianos y su palabra es dogma de fe. Una palabra que es esperada por los católicos y que en esta ocasión, como en ninguna, ha defraudado. El Papa ha criticado el relativismo moral en el que nos hallamos inmersos. Relativismo moral que hace que cualquier cosa sirva, cualquier cosa esté por encima de los valores que deben tener los seres humanos. Cualquier cosa se utilice como elemento de provocación, pero, sobre todo, como elemento de autoafirmación personal y de autorrealización. El Papa ha criticado esta falta de valores que, como por ejemplo en España, se nos quiere imponer, con Educación para la Ciudadanía o con otras iniciativas del gobierno que, lo que pretenden, no es atacar a la Iglesia (no se atreven, claro está, con el mundo musulmán, por ejemplo). Lo que pretenden es hacer saltar por los aires el esquema de valores occidental para garantizar su supervivencia, la de la izquierda y la de los políticos.

Francamente, me dan igual algunas iniciativas laicistas. Por ejemplo, la eliminación del crucifijo de los actos oficiales. Me dan igual siempre que se atengan a dos condiciones: que no ataquen la esfera particular de cada uno, y que respeten las tradiciones. Me explico: las tradiciones de la sociedad están imbricadas con su historia, con su cultura. Y eso no lo cambia, por decreto, un presidente laicista e idiota, ni una manada o piara de ateos que pretenden imponer su ley. No lo cambian porque, recordemos, esto ya se intentó hacer en España, y en otros sitios, con anterioridad. Y no se ha conseguido. Así es que, ¿a quién pretende engañar esta piara de engañabobos? A mi, no.

Con respecto a la esfera particular de cada uno, pues lo mismo. El Estado no puede legislar ni actuar contra mis creencias ni contra mis valores intentando imponer los suyos. No, por varias razones. Primero porque son míos, propios, y ningún estado (incluidos los socialistas o comunistas) tiene derecho a violar mi esfera particular. Segundo porque el Estado, aunque les joda a los socialistas y comunistas, es democrático en España y un cambio de gobierno supone un cambio de tendencia. ¿Tengo que cambiar de valores cada cuatro años?

El Papa también ha hablado en Sidney criticando las prácticas pederastas de los sacerdotes. ¡Faltaría más!, dirán los críticos y los ateos. Sí, quizás tengan razón, pero seguro que si no lo hace sería criticado también. El Papa (a quien alguien a quien le gustan los perritos calientes le llama el Pastor Alemán) es plenamente consciente de lo que sucede en la Iglesia y en el mundo, y de ahí su compromiso con los mismos.

El Papa es bienquerido allá donde va, porque siempre donde vaya habrá un grupo de cristianos que estén con él. Esa es la fuerza del cristianismo, por encima de otras ideologías que impulsan el relativismo moral. Y está por encima de esa piara de ateos que critican a la Iglesia católica (y no al Islam). Y está más por encima de esa manada de ateos que no comprenden que la fe es parte de uno mismo y no se puede demostrar con la ciencia.

No hay 250.000 ateos en Sidney. Ni en ningún otro sitio. No se pueden reunir tantos.

~ por gerenton en 19 julio 2008.

Una respuesta to “No hay 250.000 en Sidney”

  1. Cierto…en el mundo hay muchos más ateos, cuyos «dioses» son el querer, el poder y sobre todo las ansias del tener, como decía SS Juan Pablo II, «El Grande». Quizás por ello escribí «¿Dónde está la fe?; que ahora comparto:

    ¿Dónde Está La Fe?

    ¿Será el alma como el hielo; un
    lugar donde se congela todo,
    incluso la fe?. ¿O será éste; su
    febril razón para gritar su vuelta
    y su reino entre las almas de
    los hombres que ama el Señor?.

    Quizás, ardan sus paredes, por
    los siglos de los siglos; y un
    día su fuego, jamás se consuma;
    y cada hombre, y cada niño y
    cada anciano y cada mujer
    se hagan la Señal de la Cruz.

    Entonces; cada mañana cuando
    salga el sol; un ángel tomará lista
    de cada hombre y cada niño y cada
    anciano y cada mujer nuevos; que
    ofrezcan vivas ofrendas de Pan y
    Vino el en altar del Rey de la Vida.

    © 2007 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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